Siempre he pensado que la mejor vía para conocer a alguien es comiendo.
Para mí no hay algo más cómodo y ameno que una plática interesante con alguien importante mientras disfrutas de un café.
Comiendo nada es oculto. La educación, las manías, los intereses, las preferencias y lo que odiamos. Todo es visible.
Y lo mejor es darte cuenta que es precisamente todo lo visible de esa persona, lo que te hace estar ahí.
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