lunes, 11 de noviembre de 2013

Dos o tres tiempos.

Siempre he pensado que la mejor vía para conocer a alguien es comiendo. 
Para mí no hay algo más cómodo y ameno que una plática interesante con alguien importante mientras disfrutas de un café.
Comiendo nada es oculto. La educación, las manías, los intereses, las preferencias y lo que odiamos. Todo es visible. 
Y lo mejor es darte cuenta que es precisamente todo lo visible de esa persona, lo que te hace estar ahí.














No hay comentarios:

Publicar un comentario