miércoles, 20 de abril de 2016

No soy Picky.


Hace unas horas compartí en Facebook un screenshot de la letra de Picky, de Joey Montana. Esa canción que todo mundo ha escuchado al menos una vez en la radio, en la tele, en el antro/bar/fiesta, y seguramente más de un Dr. Simi la ha bailado afuera de una farmacia. Pero por si tú, persona chida que está leyendo esto, no conoce esta obra de arte, el video lo pueden encontrar aquí y la letra acá.

Dicho y visto eso, debo confesar que soy muy fan del reggaeton y existe una playlist en Spotify de nombre "Joyas reggaetoneras" que de vez en cuando la pongo por eso de los buenos recuerdos. No voy a entrar en discusiones y debates sobre si es buena música (aunque sé que varios ni lo considerarían como tal), porque ese es tema para otro texto. Pero me gusta. Disfruto el ritmo como disfruto varias salsas, cumbias y otras guapachosidades.

Es sólo que esta canción de la que les hablaba al principio me volvió loca y como estudiar Comunicación no me deja disfrutar de la vida sin analizar todo, tengo muchas cosas en la cabeza y vine aquí a decir todo eso. Si tú, persona chida que estás leyendo esto, no entraste a leer la letra... Muy mal. Pero te pondré aquí el screenshot que compartí para que estemos en el mismo canal.



Aún no logro definir qué es lo que más me molesta de toda la canción. Pienso en lo incómodo de la situación, de esas veces donde ya no sabes qué decir y el silencio aparece haciendo presión social para continuar la plática. Me da flojera pensar en tener que lidiar con ello, con ese típico hombre que a todas nos ha tocado en un antro/bar/fiesta, pedísimo, sintiendo que puede -y debe-  intentar algo incluso si es evidente tu falta de interés.

Lo que me trajo aquí, además del coraje que provoca la canción en sí, fueron los comentarios que dejaron en ese post. Al parecer, la mayoría de la gente no puede leer esa letra sin cantarla. Y desde mi punto de vista, esto agrava más la situación. Llega un momento en el que la cantas por instinto, la cantas sin saber qué chingados está diciendo, se las cantas a tus amigas, se la cantas a tu novia, te sales del baño del antro a buscar a tus amigas y bailar todas juntas. ¿Hasta qué punto normalizamos y festejamos el acoso y la violencia de género? ¿Cuándo se intercambió un buen ritmo por letras tan agresivas?

Llámame exagerada por ser "sólo una canción" o por ser "un chiste". Al menos, para mí, no lo es.

No es un chiste tener que inventar que tienes novio para que alguien te deje en paz, porque no es suficiente tu propia decisión y no puedes darte el lujo de rechazarlo o no sentirte atraída. No estamos para eso, para sentirnos atraídas por cualquiera que se nos ponga enfrente y sentirnos culpables por no quererle dar un beso.

No es un chiste la insistencia por aceptar un trago, un baile, un abrazo o un beso a pesar de Joey Montana haber recibido un NO QUIERO muy claro. No es un chiste la evidente persecución hacia la morrita de la canción. Si se va para la izquierda y a la derecha y ella lo sigue evitando, ¿qué hace falta para hacerle entender que no está interesada?

No es sólo una canción sobre este caso específico de esta mujer. Es una situación que pasa casi todas las noches que sales a divertirte, o peor, que pasa varias veces en la misma noche. No es sólo una canción porque a todas nos ha pasado, y ahí está lo que muchos consideran como "gracioso". Es peligroso y asqueroso pensar cuántas personas se han identificado (ya sea como el personaje de Joey Montana o como la Srita. Picky) con esta letra y la han considerado graciosa, mandándole una voicenote a alguna otra persona que le vino a la mente.

No es un chiste esta canción ni el video musical de Gerardo Ortiz, por el cual es acusado de promover el feminicidio. No es un chiste considerar a una persona como tu propiedad, encerrarla en una cajuela y prenderle fuego al auto. No es sólo ficción, porque le dice "Fuiste Mía" en tiempo pasado, porque ella ya no está.



Tampoco es sólo un chiste que Julión Álvarez haga declaraciones cómo"me agrada que les guste agarrar un trapeador, porque puede estar hermosa y ser buena para lo que sea, pero si no tiene ese detalle, pues para mí no sirve” refiriéndose a las mujeres que lo atraen. 

No es un chiste porque por esto, van a seguir existiendo vagones rosas del metro, sistemas de transporte sólo para mujeres como SafeHer, taxis rosas, tips para no ser violada ni secuestrada, consejos clandestinos para el aborto, sugerencias para viajar sola, entre otras.

No es un chiste porque existe una hipersexualización de la mujer latina, no sólo en este tipo de música sino también el los programas de televisión. Las mujeres del clima, los personajes de Sofía Vergara o conocer a Salma Hayek por sus chichis. No hablemos de la nacocultura y la imagen que se tiene de las mujeres aquí, porque me desvío. Basta con buscar en Google "latinas" y "reggaeton girls" para darnos cuenta de esto.

 



No es un chiste, porque en ocasiones no medimos ni dimensionamos la fuerza con la que una canción y la música en general puede transmitir o reproducir ciertas ideas. Es aún más asqueroso y peligroso pensar hasta dónde ésta transmisión de ideas puede llegar a determinar el actuar de una persona o mínimo cuestionar lo que está bien o mal.

En fin. Si te gusta la canción, chido. Si la quieres ir a bailar a La Santa, chido. Si quieres aceptar un trago con este soundtrack, chido. No estoy en contra del disfrute de la canción, es totalmente válido y comprensible el goce de un ritmo en el ser humano. Lee la letra y vuélvela a cantar mientras la lees. Una y otra vez. No se trata tampoco de ir por la vida no disfrutando de las cosas sólo porque dañan. Sólo me gustaría que, si es que leíste todo esto, la próxima vez que escuches la canción pienses que no es porque seamos pickys.

No llamemos picky a la libertad que tiene nuestro cerebro de sentir una atracción hacia otra persona. No somos pickys por el acto de ser directas y decir que no estamos interesadas. No somos pickys ni complicadas por rechazar a ese alguien. No es NO.

1 comentario:

  1. Gracias Annie por atreverte a escribir y por no quedarte con eso dentro. Hacen falta más personas que hagan lo mismo que acabas de hacer.

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