jueves, 2 de abril de 2015

Lollapalooza Brasil

He estado esperando este día por mucho tiempo. Amo la música, amo la gente, amo los festivales, amo lo atascado, amo Brasil.
No tengo GoPro ni me voy a llevar mi cámara, así que compro una cámara de rollo noventera por unos 50 reales, compro un rollo y pilas. Creo que la última vez que usé una de estas tenía como 6 años.
También he estado buscando compañía para este festival. Compré unos boletos sin saber con quién iría, así porque sí. Las personas que encontré me dijeron que irían sólo el domingo, o que llegarían más tarde. Bia me presenta a unos de sus amigos, y me voy con ellos. El metro esta llenísimo y una hora después llegamos. Cambio mi dinero por fichas, llega más gente, pierdo a mis nuevos compañeros. Ahí me acuerdo de lo que me había auto prometido hace unas semanas y decido andar sola. Anótenlo en su bucket list, vayan a cualquier festival solos.

Sábado 

No conozco a esta banda, pero me siento a escucharlos. Me gusta su ritmo sesentero, alegre. Escucho al grupo de personas al lado mío quejarse del line-up de este año. Se quejan de los DJs, y de los headliners. "¿Por qué vienen Calvin Harris y Skrillex a un festival de rock?". Escucho. Supongo que estoy aquí por la experiencia completa de un festival y no por tal o cual banda. Corro al otro escenario y esta Alt-J, donde pocos cantan y casi nadie brinca. No hablan entre ellos. La gente se va.
Ya había visto a Kasabian el año pasado en el Corona Capital, por lo que decido ir a ver a DJ Snake, para ver porqué no les gustaba.



Parece ser que esa razón no aplica para todos los del festival. DJ Snake llena su área, y la gente se vuelve loca. Al final de su set pone el himno nacional de Brasil y de pronto todo se calma, todas las personas cantan y se abrazan. Yo solo observo, y pienso que esa es una de las razones que me hacen amar más este país.
Me quedo en el mismo escenario porque sigue Dillon Francis. Creo que en este festival aprovecharé para ver todo aquello que no he visto en México. La gente se va, tratando de encontrar un buen lugar para bailar con Skrillex. Me quedo aun así. Diplo se asoma, saluda y nos toma una foto, donde después me encuentro en su Snapchat.





Espero a Major Lazer. Si esperé para Lollapalooza mucho tiempo, esperé aun más para verlos. Soy una total groupie ahora. Nadie me conoce aquí, no tengo límites. Bailo sin parar, y cuando me doy cuenta ya pasaron dos horas. 
No hay aire acondicionado, todos sudamos excesivamente. Si de por si es un país caliente y sensual, esto es mil veces más. Diplo quiere que todos nos quitemos la ropa, y sólo empiezo a ver playeras volando de un lado a otro. Ahora twerk. Toman la famosa foto de todos y espero aparecer.
Esto es, por mucho, de las mejores cosas que he vivido en mi vida; no sólo por las canciones y la música, sino por lo que estas personas son capaces de hacer. Quisiera tener  poder vivir este momento muchísimas veces más. No hay nada que pueda unir más a las personas que la música. No hay idioma, no hay fronteras, no hay barreras, no hay división.








Diplo sale y saluda a todos de nuevo, pero no lo alcanzo. Intento una selfie con la cámara noventera y el resultado parece de ex-integrante de N*Sync en los Kid Choice Awards del '99. Estoy exhausta. Regreso a casa, después de hora y media de trayecto, con los pies destrozados, y mi ropa llena de sudor. Intento descansar pero aún estoy muy emocionada.

Domingo

Todo esto está más lleno que el día anterior. Esta vez me toma una hora y media llegar, y me pierdo a Molotov. Busco algo para comer, y me encuentro con un food truck de comida mexicana para calmar la saudade. Decido comprar una fajita que en realidad es un burrito de picadillo, en vez del innovador tacodog. Lo llevo conmigo mientras camino al escenario de la próxima banda, que aunque ya los vi también, vale la pena repetir.
El burrito/fajita/taco, la música de The Kooks y la fuerte lluvia me hace recordar México. Me prometo ir a todos los conciertos que pueda cuando regrese. Canto e intento olvidar lo mucho que extraño todo.






Llega Calvin Harris detrás de una mega pantalla donde sólo puedo verle los dedos de las manos cuando las levanta. Me imaginé su voz diferente. Con mi 1.53 de estatura es fácil colarte a todos lados, así que consigo llegar hasta adelante. Después de un rato, volteo y ahí están casi todas las 800 mil personas ese día. Brinco más, bailo más. Cierro los ojos y registro todo lo que hay a mi alrededor, lo grabo bien en mi memoria en caso de que no pueda volver a vivir esto nunca más.



Reviso mi itinerario y ya casi se acaba esta aventura. Para cerrar tengo a Pharrell Williams y a Steve Aoki. Decido ir a Pharrell porque son de esas cosas que sólo pasan una vez en la vida. Estando hasta adelante en Calvin Harris, era obvio que llegaría hasta atrás en el otro escenario así que me tomé mi tiempo. Me siento en el pasto. La gente no se está quedando en este escenario, y creo entender. Después de Calvin Harris y brincar sin parar, no a todos les gustaba sentarse en el pasto para cantar canciones un poco más tranquilas. Estoy lejísimos y no escucho nada, por lo que me busco un lugar cerca de las bocinas.
Me quedo un rato más y me voy a Steve Aoki. A ver si me toca pastel.


Gracias infinitas a mi estatura, llego de nuevo hasta adelante. Me gusta llamarle a la reja el pit de prensa no oficial. Lanza un pastel y la gente corre de un lado a otro persiguiéndolo. Lanza otro. Otro más. Es hora de la lancha, pero decido no subirme porque es un poco peligroso. Todos se avientan, y caen encima de los otros. 
Me doy cuenta de que Aoki es capaz de todo. Se avienta a la gente, baja y vuelve a subir, quita y pone la música a su antojo. Es el dueño de todo lugar que pisa. Tan dueño es, que consigue tener a todos esperando un pastelazo en la cara de su parte.






Se acaba y no me quiero ir. Entiendo que no dura para siempre, pero quisiera vivir todo de nuevo. Quisiera traer a todas las personas que quiero para que vivieran esto también. Regreso a mi casa muchos reales más pobre pero con una experiencia que no se irá jamás.
Despierto al día siguiente y llevo a revelar mis fotos, esperando que los resultados me hagan recordar todo el festival para siempre.