miércoles, 1 de julio de 2015

Até logo.

“Pero entonces bailaban por las calles como peonzas enloquecidas, y yo vacilaba
tras ellos como he estado haciendo toda mi vida mientras sigo a la gente que me
interesa, porque la única gente que me interesa es la que está loca, la gente que está loca
por vivir, loca por hablar, loca por salvarse, con ganas de todo al mismo tiempo, la
gente que nunca bosteza ni habla de lugares comunes, sino que arde, arde, arde como
fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas entre las estrellas.”

Esto es, por mucho, lo que más me va a costar escribir. Estoy segura. Tengo tanto en la cabeza que no sé por donde empezar, pero tengo tanto que decir que podría nunca terminar.
Parte de este proceso de dos años en el que planeé cada detalle de este viaje, fue escribir una carta con los motivos que me llevaban a hacerlo. Recuerdo que en ese momento me sentí abrumada y bajo mucha presión porque no conseguía resumir lo que sería realizar un sueño de toda la vida en sólo una carta. Después de varias semanas de pensar y trabajar en un borrador, escribí en un inciso extra que buscaba encontrarme. Tenía esta idea en mi cabeza de que todas las experiencias que viviría en esos casi seis meses me harían entender lo que estaba buscando para mi vida, en mi carrera y en todo lo personal; además, me sentía en la edad adecuada para esto, pensando en que después de ese tiempo regresaría totalmente enfocada a trabajar en lo que amo y que haría todo lo necesario para lograrlo.
Supongo que la vida no es así de fácil. Ahora me doy cuenta que es estúpido pensar en que todo es así de sencillo, que soy invencible y que no siempre debo tener claro todo lo que pasa en mi vida o que simplemente no todo debe ser perfecto. 
Todo va muy rápido. Siento que fue ayer cuando llegué a ese aeropuerto con 2 tarjetas bancarias bloqueadas, con un celualr inservible, sin entender lo que me decían, a punto de llorar en el aeropuerto de Guarulhos. Y ahora estoy aquí regresando y pienso que no sé a donde fue esa persona.
Siempre me atrajo mucho todo lo reativo a la astrología y a los signos zodiacales aunque no sea una experta, y a veces no entiendo lo que me dicen. Hace unos días entré a una de esas páginas donde dicen lo que nos va a pasar hoy, si nos vamos a ganar la lotería, tendremos una entrevista de trabajo o que tendremos un excelente día si usamos el color naranja. En esa página precisamente decía algo así como “vives en un constante extremo”. Puedo asegurar, aunque no defiendo la confiabilidad de la fuente, que eso es totalmente cierto. Por más que intento, cuando estoy triste es en verdad, MUY triste y cuando estoy feliz, estaré MUY feliz. Ahí es cuando entendí que no podría estar en un mejor lugar.
Brasil es un país que aunque está lleno de colores, vive en un constante extremo como yo. Si quieres música, tendrás samba, pagode, sertanejo, rock, rap y funk 24/7 en el nivel más alto posible. Si quieres beber, tendrás cachaça, cerveza y catuaba todo el día. Si quieres arte, tendrás todas las paredes de la ciudad y los cuadros en los museos para entretenerte. Si quieres fiesta, tendrás todos los bares y baladas abiertos hasta las 7am toda la semana. Si quieres amor, tendrás amigos en cada rincon de la ciudad. Y no se acaba nunca.
Cambié tanto por todo lo que aprendí y conocí que ahora no puedo evitar sentir miedo. Cuando hice aquella carta de motivos, escribí que quería encontrarme porque me sentía, según yo, perdida. Ahora, estoy cumpliendo el sueño de mi vida, en el lugar que siempre soñe, con todo lo que me enseñó… Y me siento más perdida que nunca. Todo lo increíble que conocí me hizo dudar y retar mis expectativas. Me hizo darme cuenta de que mis metas siempre pueden ser más y mejor. Todas las ideas que tenía acerca de mí y lo que quería se esfurmaron y Brasil las renovó. Aún mayores, aún más divertidas, aún mejores.
No regreso siendo mejor persona, porque ese es un trabajo constante que todos tenemos que llevar a cabo. Regreso sintiéndome más perdida que nunca y muy lejos de encontrarme pero plena. Regreso más perdida que nunca, pero con lor mejores elementos para perderme cada día más.

_______________________


No puedo terminar esto sin decir varias cosas. Quiero dar las gracias a la gente que siempre estuvo conmigo en este todo este proceso. 
Mis papás y mi familia, que prácticamente ellos son la razón por la que esté aquí y que sin ellos no lo hubiera logrado. Nunca podré agradecerles el apoyo que me han dado siempre. De ustedes aprendí a no conformarme y siempre dar y buscar lo mejor de mí. Prometo no fallarles.
Regi, por siempre ser paciente y esperar hasta el último día. Todo esto que hice, lo hice por nosotras, por lo que la vida nos tenga planeado para el futuro. Prometo compensarte cada momento perdido.
Sebastián, porque a pesar de todo siempre estuviste aquí.
A todas mis amigos en México que me ayudaron a llenar papeles, entregarlos, me prestaron cosas, o simplemente me apoyaron moralmente en todo lo posible.
Familia Tomeyama Kamida Da Costa Duarte, por ser mi familia brasileira. No pude haber pedido algo mejor. Gracias por todo lo que hicieron por mi.
Bia & João, por nunca dejarme sola. Gracias por las fiestas, las crepiocas, el funk y el pagode, por las pláticas hasta tarde, Game Of Thrones y un millón de cosas más. Los amo, Agosto vendrá pronto. Igual para Nana, Gabys, Dany, Marjorie, Felipe, las Camilas, y todo el grupo en general.
Bia Martins & Ga, por mostrarme una nueva perspectiva de la vida. Nosotros sabemos que estamos aquí por alguna razón, y sé que esas mismas fuerzas nos harán encontrarnos en algún momento. Gracias por la luz. Ahora llevo un poquito de ustedes en mi piel. Gracias tambén a ese grupo tan especial.
Gracias a las personas que conocí en la PUC, Gabi, Isa, Carolina, etc. Todos los que conocí en JUCA, en Bonito, y a todos los que hicieron de este viaje algo tan especial.
Gracias Brasil por tanto aprendizaje. Gracias por tu rock, tu reggae, tu samba, tu pagode, tu sertanejo, tu forró, tu rap, tu trap y tu funk. Gracias por tu Catedral da Sé, por tu Liberdade, por tu Templo Zu Lai, y tu Avenida Paulista. Gracias por tu Rua Augusta y tu Vila Madalena. Gracias por tu Rio de Janeiro, Praia Vermelha y Barra da Tijuca. Gracias por tus museos, tu arte urbana, tus películas traducidas y tu Livraria Cultura. Gracias por tu cachaça y tus melzinhos, tu catuaba y tu cerveja Original. Gracias por tu café, tu pão de queijo, tu brigadeiro, tu picanha, tu maracuja y tu cajú.
Gracias Brasil por la oportunidad de una nueva vida. Gracias por tu pasión. Gracias. 

É nois.







1 comentario:

  1. Encontré este blog por medio de tu cuenta de EyeEm y me pasé los últimos 40 minutos leyendo tus historias y en serio de sólo leerlas me emocionó jaja espero sigas con una vida tan emocionante y tan... Valga la redundancia. Tan viva! Mucho éxito y espero leerte pronto! ��

    ResponderEliminar